Nuestros caballos

En 1973, cuando la actual familia de propietarios adquirió la finca de la dehesa salmantina, se llevaron a cabo importantes renovaciones. La apuesta por la llegada de caballos hannoverianos a partir del año 1986 otorgó una nueva magnitud a la San Carrascal. Se trataba de una apuesta arriesgada, pero no tardó en dar excelentes resultados que impulsaron el fortalecimiento del desafío, ejemplificado en la compra del primer semental, ‘Espriwalf’, en el año 2000.

Los caballos en Carrascal de Sanchiricones son muy valientes y no tardan en asimilar las enseñanzas que reciben. A pesar de su tamaño, destacan por su flexibilidad y comparten con las yeguas esa rusticidad propia de la finca. Están dotados para el Acoso y Derribo y la Doma Vaquera además de desempeñar las funciones propias de una ganadería de reses.

Los equinos se mueven por el campo a su aire, dueños de su destino y con absoluta libertad de movimientos. El espacio y el forraje los comparten con las vacas y en el Cercado de las Pajuelas abrevan en los mismos pilones, buscando en verano el reposo bajo las frondosas encinas.

De nuevo, la alimentación natural que reciben los caballos es la mejor garantía de la clase y el porvenir de estos ejemplares únicos, elegantes y de buen carácter.