Acoso y derribo, arte y deporte

En la vega del río Tajo, entre las localidadesde Borox y Aranjuez, enclaves de presti-giosas ganaderías de bravo y un buennúmero de peñas taurinas, se encuentra laYeguada Ovelar, en la finca ‘El Quinto’.Allí, en los terrenos aledaños a la yeguada y partiendocasi de la nada, se construyó un corredero para aco-ger, por primera vez de manera conjunta, y durantelos días 1, 2 y 3 de julio, el Campeonato de España yla Copa del Rey, que por problemas sanitarios (Len-gua azul), fue imposible organizar en Andalucía.

 

Infraestructura

Se habilitaron aparcamientos para 3.000 vehículos, seinstalaron tribunas cubiertas, carpas, cafeterías y unaamplia zona comercial con el objetivo de armonizar eldesarrollo de la competición con el atractivo de pasar unrato agradable, pero las altas temperaturas hicieron quela asistencia de público fuese inferior a las expectativascreadas. Aún así, cerca de 10.000 personas disfrutaronde tres jornadas de competición al más alto nivel.

 

Elevada participación

Las 56 colleras inscritas son un síntoma muy positivode la importancia que el Acoso y Derribo ha adquiri-do en los últimos años pero, tras la experiencia vivi-da, se plantea el debate de establecer sistemas de pre-selección que enmarquen el desarrollo de la competi-ción dentro de un horario razonable. El Jurado, elpúblico y especialmente los garrochistas saldríanbeneficiados de unas medidas que no deberían tardaren ponerse en práctica para dar mayor agilidad a la disciplina.

 

La organización

Corrió a cargo de la Asociación de Garrochistas deSevilla, Ntra. Sra. Del Rocío, que realizó una laborexcelente con la colaboración del Excmo. Ayunta-miento de Borox (Toledo), la Yeguada Ovelar y LualGestión de Servicios y Eventos. El papel desempeña-do por el comité organizador adquiere un valor aña-dido si tenemos en cuenta que actuó a 500 kilóme-tros de distancia y por tanto con la dificultad añadidade trabajar casi “a ciegas”, concretamente en lo refe-rente a la elección del ganado, ya que a la postreresultó ser el único punto negativo. Y no es de extra-ñar que haya sido así, pues a cualquier organizaciónle resultaría prácticamente imposible conseguir tan-tas vacas bravas y mansas para hacer frente a unacompetición con tantas colleras inscritas.

 

El ganado marcó la competición

Ya sea porque la elección del ganado no fuera acerta-da, o porque no se le paseó lo suficiente, o porque el corral de querencia no estuviera perfectamente ade-cuado, lo cierto es que las repeticiones de vacas sesucedieron con demasiada frecuencia, lo que contri-buyó a que las jornadas se hicieran eternas. Dehecho, la competición finalizaba en ausencia de luznatural, pasadas las diez de la noche y tras doce horasininterrumpidas. Afortunadamente, el Acoso yDerribo es una disciplina que deja poco margen a lainterpretación del Jurado, porque pueden imaginarseen qué estado se encontraba éste, inmerso en semejante maratón y bajo unas condiciones climatológicas extremas.

 

Garrochas a pleno sol

Así las cosas, el Campeonato de España se disputó a títu-lo individual dividiéndose los inscritos en dos grupos de28 colleras los días 1 y 2 de julio, corriendo cada collerauna vaca brava y una mansa. Garrochistas y amparadoresdebieron apelar a su afición cuando les fallaba su profe-sionalidad (y viceversa) para mantener la concentracióny pensar en lo que se jugaban en cada suelta. Digna deelogio fue su perseverancia, si tenemos en cuenta los másde 40 grados a pleno sol y la compleja indumentaria queel reglamento impone a los participantes.

 

Ausentes y favoritos

A pesar del elevado número de inscritos, aún podíanhaber sido más si hubiese llegado a tiempo la solici-tud, entre otras, de los hermanos extremeños Julio yJavier Terrón. Otras ausencias destacadas fueron lasde los también hermanos Ernesto y Evaristo CamposPeña, en este caso sevillanos, debido a la lesión deEvaristo. Entre los inscritos se encontraban dos cam-peones de España como Luis Erquicia Domecq (2000) e Ignacio MolinaCandau (2002), así comola presencia de HubertoDomecq Ybarra, nadamenos que seis veces sub– campeón de España.

 

Los más destacados

Desde el principio se vioque se trataba de unacompetición muy abiertay los garrochistas salierona por todas. Los primerosen despuntar fueron lossevillanos TeodomiroDaza Vergara (6 y 18),Juan Antonio PeñaGómez (9 y 17), DiegoPeña Serrano y el extre-meño Miguel MorenoZapata (12 y 18). En lasegunda jornada, ademásde los ya mencionados,destacaron el SalmantinoJulio Grande y Andrés(12 y 18), el bilbaino,con licencia de Castilla y León, Alberto Corres Mar-tínez (11 y 18), el jerezano Huberto Domecq Ybarra(12 y 14) y el sevillano Igancio Molina Candau (12 y 18).

Tras una larga polémica y dado que se había pro-ducido un quíntuple empate a 51 puntos para la ter-cera plaza, se decidió que pasaran las siete colleras a alfinal, quedando fuera Huberto Domecq Ybarra con 50 puntos.

 

La final

En la mañana del domingo, Juan Antonio PeñaGómez y Julio Grande y Andrés se encontrabanempatados a 53 puntos y se preveía un interesanteduelo entre ambos. En la mansa de la final el sevilla-no consiguió la máxima puntuación, mientras queJulio Grande y Andrés, a pesar de realizar una actua-ción muy técnica, francamente excelente, a una vacade mucho peso que no le dio ninguna facilidad y conla que puso al público en pie, sólo consiguió 16 pun-tos, lo que le alejaba de la medalla de oro. Por su par-te, Ignacio Molina Candau fue el mejor de los cincorestantes consiguiendo 18 puntos lo que le hacíaempatar con Julio Grande en las opciones al segundopuesto. En su desempate particular, Ignacio Molinavolvió a bordar su actuación para hacerse con lamedalla de plata. Aún así, resulta sobresaliente laactuación del Julio Grande y Andrés, al ser el primergarrochista castellano en alcanzar los puestos depodio, en los treinta y cinco años de Campeonatonacional. De otro lado, es destacable asimismo, lacuarta plaza de Miguel Moreno Zapata, quien consi-guiera, años atrás, el Campeonato de España en ladisciplina de Raid.

 

Copa de S.M. El Rey

Accedieron a la Copa de S.M. El Rey, disputada en lamañana del domingo tras la final del Campeonato,los cuatro mejores equipos, cada uno compuesto porcuatro colleras.

Las puntuaciones se obtuvieron sumando losresultados que cada collera había conseguido en el Campeonato de España, tomando en cuenta sólo los tres mejores resultados de cada collera, tanto del primer día como del segundo.

Dada la escasez de ganado y lo avanzado de la jorna-da, sólo dos de las cuatro colleras de cada equipo corrie-ron la vaca brava. Por otro lado, no hay que olvidar quepara entonces tanto jinetes como caballos se enfrentabana su tercer día de competición y acusando el esfuerzo rea-lizado en sus actuaciones anteriores.

 

Competición por equipos

Del equipo 1 de inscripción, cuyo capitán fue GonzaloTortolero, las mejores actuaciones correspondieron aJuan Francisco Peña Serrano y Diego Peña Serrano, quese fueron alternando en los puestos de garrochista yamparador para conseguir16 y 17 puntos a sendas vacasmansas en sus últimas echadas. Partían con 130 puntosde las dos jornadas previas y terminaron con 168 en el cómputo global y el cuarto puesto en la Copa.

El equipo que partió con el número 3 de inscrip-ción contó con Manuel Cañaveral del Cid comocapitán y finalizó en tercer lugar. Partieron con 139puntos de las clasificaciones individuales de las dosjornadas anteriores y no tuvieron demasiada suerteen la mañana del domingo. Precisamente el capitándel equipo, amparado por Juan Orozco Bernal, con-siguió las puntuaciones más altas, alcanzando final-mente 173 puntos.

La lucha por la primera plaza en la Copa del Reyse convirtió en un duelo entre las familias Domecq yCandau. El equipo número 9 de inscripción accedióa disputar la Copa del Rey con 138 puntos y fue sucapitán, Rafael Molina Candau, quien realizó unassoberbias actuaciones consiguiendo 11 puntos a labrava y 17 a la mansa. No obstante, también fuerondignas de mención las intervenciones de Jorge Moli-na Candau y José Mª García Campillo (12 a la man-sa) y Teodomiro Daza Vergara y Antonio Jesús DazaVergara (14 a la mansa). Finalizaron en segundolugar de la clasificación con un total de 197 puntos.

Huberto Domecq Ybarra capitaneó el equiponúmero12 de inscripción que se ganó el derecho dedisputar la Copa al obtener 135 puntos en las jornadasde viernes y sábado. Lo cierto es que los seis compo-nentes del equipo cosecharon actuaciones sensaciona-les, pero destacan especialmente las realizadas porHuberto Domecq Ybarra y Lorenzo Caro Ruiz (12 a labrava y 14 a la mansa) y de forma sobresaliente lasechadas de Luis Erquicia Domecq y Juan Cid de laCorte (12 a la brava y 18 a la mansa), protagonizandoasí, algunos de los mejores momentos de la última jor-nada. Al final se hicieron con una merecida victoriasumando una puntuación total de 205 puntos. Se da lacircunstancia de que este equipo conseguía por terceravez consecutiva la Copa de S.M. El Rey con lo queconsiguieron llevarse para Jerez el trofeo en propiedad.